METAL GEAR SOLID Y SU IMPACTO EN MI VIDA

La primera entrada de este blog, que dedicaré a mi pasión que son los videojuegos, lo quiero usar para hablar de mi saga favorita, Metal Gear Solid y su impacto en mi concepción de la industria.
Si quieres motivarte un poco mientras lees el artículo, te invito a que pongas de fondo esta canción, te ayudará a entrar en situación un poco.


Yo era realmente pequeño cuando comencé a jugar, en mi casa había una NES y desde prácticamente que nací, tenía la posibilidad de engancharme al mando teniendo una experiencia muy muy temprana en esta bonita afición. Durante estos años pude deleitarme con títulos muy conocidos de NES, de SNES y MegaDrive como Super Mario, Sonic, Street Fighter, Contra, Circus Charlie, Excitebike... No obstante, nunca concebí (con esa edad) el juego como algo más que una marabunta de píxeles cuya única finalidad era divertirme simplemente.
No fue hasta la llegada de PSX que empecé a jugar de una forma más asidua ya que la edad en la que me encontraba era la indicada para ser consciente de lo que me rodeaba y disfrutarlo desde otra perspectiva. Aún con ello, mi percepción de los juegos era exáctamente la misma que años atrás, si algo me divertía, bienvenido sea. Hasta que por cosas del destino, acabó en mis manos "Metal Gear Solid".
Cuando lo jugué por primera vez, pudiera tener en torno a 7 u 8 años. Veía que era un juego de acción, con unos gráficos brutales. No entendía en absoluto la temática ni la trama, aunque veía un robot gigante y helicópteros, un señor que tenía una máscara de gas y volaba, disparos... y muchas personas con gabardinas que llamaban mi atención, pero hablaban de política y asuntos morales que escapaba de mi entendimiento. Por aquel entonces la compentencia que yo mismo creaba con Metal Gear Solid era Syphon Filter, que al ser una acción mucho más directa, me lo pasé bastante más rápido que el otro.
Con todo ello, Metal Gear seguía llamando mi atención por encima de cualquier otro juego que tuviera. No sabía por qué, pero había algo que me atraía por encima de todo. Su temática, su misticismo, tal vez algo que era capaz de percibir en ese título y no en ningún otro (sin desmerecer los grandes juegos de las generaciones, pero hablo de mi experiencia personal). Me lo pasé incontables veces hasta que llegó la nueva generación, que ya me pilló un poco más crecido y con una mentalidad más madura (todo lo maduro que puede ser un adolescente).
No voy a negar que me molestó no manejar a Snake más de una hora y que el juego se centrase en Rayden, dejando al héroe como un personaje secundario al que idolatraremos como la leyenda que es, desde los ojos del aprendiz (luego acaba encantándote Ryden, porque es un gran personaje). Bajo mi punto de vista, se criticó injustamente, a mí me pareció un juegazo como la copa de un pino y actualmente su valoración ha crecido con el paso del tiempo y ahora se le respeta como debe ser. Fue en estos años cuando comprendí que Metal Gear no era una saga normal, que había mucho más allá de lo que a priori podía parecer en los ojos de un niño; no era un juego de acción más. Su trama era enrevesada, tenía entresijos, los personajes tenían profundidad. Los buenos no eran tan dispares de los malos, simplemente les distanciaban motivaciones diferentes. Lloré jugándolos ya de pequeño, y conforme pasaban los años y más comprendía la trama, más lloraba. Aquellos discursos moralistas que nos daban los enemigos derrotados, haciéndonos ver que su causa no difería de la nuestra me marcaron profundamente. Snake era considerado un héroe de guerra, y yo como niño lo idolatraba, pero luego comprendí que él mismo, de forma contínua, repetía que no era ningún héroe, solo un superviviente de la guerra, de un infierno.
Metal Gear me demostró que los juegos no son meros píxeles puestos en una pantalla para que eches el rato. Desde que comprendí lo que significaba todo esto, empecé a ver los videojuegos como la forma definitiva de arte. Modelaje, música, cine, texto, guión, trama, dibujo, inmersión, hacerte sentir parte de todo lo que le ocurre, la expresión de sentimientos, de sensaciones, de las inquietudes de los creadores... Todo se auna en un solo concepto para darnos una información que en cualquiera de sus otras vertientes lo hace de forma individual.
En resumidas cuentas, Metal Gear fue un juego al que le dediqué mi tiempo de pequeño sin saber el mazazo que me llevaría unos años después al descubrir todo lo que rodeaba. Hoy por hoy, los videojuegos son mi pasión gracias a que, desde entonces, los veo con los ojos de un amante y apasionado de este arte y no como un mero transeunte del entretenimiento.
En este vídeo que realicé, introduje escenas de diferentes títulos: Metal Gear Solid 1, Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty y Metal Gear Solid 3: Snake Eater.
Al ser los 3 títulos que más he jugado y más me marcaron, han sido los que he querido plasmar en este tributo. No obstante, no hay que desmerecer MGS4 ni V, a pesar de ser el que menos me gusta de la saga.
No tengo mucho más que decir, creo que ha quedado bastante clara la influencia sobre mi percepción de la industria gracias a Metal Gear; y por eso, siempre le estaré agradecido por haber aparecido en aquel año, por el destino, en mis diminutas manos y ni que decir tiene, gracias Hideo Kojima por haber creado esta joya y gracias a mi amigo, que me facilitó el juego suponiendo que me gustaría y sin saber el monstruo que ha creado.

Comentarios